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Lea las cinco noticias principales de este viernes, 2 de septiembre de 2022
Uno de las estructuras singulares situadas en el entorno de la ciudad es el lavadero, que data de finales del siglo XIX. Está construido en forma de 'L' a base de mampostería, ladrillo y argamasa y ubicado en torno a una charca de unos cuatro metros de profundidad. Como principal referente, cuenta con 94 pilas de granito, según fuentes regionales. Durante décadas, era el lugar elegido por muchos vecinos para lavar la ropa. Esta construcción es en la actualidad un punto de encuentro. Ahora, vuelve a la actualidad. Se debe a que hoy, la empresa trujillana Restaura va a comenzar las obras de su recuperación. Su principal patología es que no tiene cubierta.
Se trata de un proyecto financiado por la Junta y que fue anunciado por el presidente del Ejecutivo regional, José Antonio Monago, tras la celebración del Consejo de Gobierno Extraordinario celebrado los días 3 y 4 en la ciudad trujillana. El presupuesto es de 60.000 euros
El gerente de la empresa de restauración, Francisco Ortuño, detalla que la jornada de hoy servirá para llevar los materiales y hacer el oportuno vallado de prevención, así como diferentes trámites previos. A partir de ahí, los operarios iniciarán la intervención. Reconoce que esta singular estructura está bastante deteriorada. Por ello, lo primero que se hará es consolidar y recuperar distintos elementos. En una primera fase, se podrán la cubierta a una parte del inmueble, con unas cerchas de madera laminada, paneles aislantes, junto con teja árabe. En este proyecto, el lavadero podrá acoger diversas actividades.
Fuentes regionales detallan que se tiene previsto hacer trabajos de consolidación de muros, de limpieza de vegetación, así como la regularización, impermeabilización y remate de las coronaciones de los muros que forman la nave, cerrando además oquedades que hayan podido aparecer en las fábricas a lo largo del tiempo. La intervención también contempla la sustitución de los ladrillos deteriorados de los arcos. Así mismo, se picarán y repondrán los morteros de cal de los muros, en los puntos en los que se encuentren deteriorados, según confirma Ortuño. Estas acciones se unirán a los cosidos en todo tipo de grietas.
Los trabajos en el lavadero incluye la reposición de las canaletas de piezas de granito que sirven para la evacuación del agua de las pilas y las piezas que faltan en los umbrales de los accesos a la zona de la charca. Con todo ello, se intentará recuperar el aspecto original.
Una de las entidades preocupadas por la recuperación de este patrimonio ha sido la Hermandad Virgen de la Piedad. Su presidenta, Pepi Jiménez, recuerda cuando iban las mujeres a lavar mantas y colchones a esa zona. Destaca la labor que hizo su compañero Chema Martín, junto a otros vecinos, que fueron capaz de quitar la maleza y los zarzales que cubrían esta construcción. De aquello hace cerca de diez años. A partir de ahí, esta entidad comenzó a realizar en este lugar su romería. Jiménez apunta que esta obra vendrá bien no solo para su hermandad, sino también para todo Trujillo. Ahora espera que se respete.